lunes, 2 de mayo de 2022

Madrid

Feliz aniversario, Madrid.
Hace dieciséis años cambié el mar por el asfalto
y descubrí que esta ciudad estaba llena de orillas.

Madrid, capital del país, y en la Plaza de España comencé mi viaje. 
Mi primer año contigo fue un noviazgo apasionado, de esos que te hacen perder la cabeza y las clases.
Enseguida nos casamos, porque Madrid, dicen, es un estado civil.

En Madrid se empieza de cero y se queda en el Kilómetro.
Es la ciudad de Sabina, a mitad de camino entre el infierno y el cielo.
Aquí salir a tomarse “una y ya” es echarle un pulso a la inocencia. Y perder.
Madrid nunca te será fiel, tiene insomnio y ganas de fiesta
“se emborracha fácilmente y siempre encuentra abierto un bar” y aún así le serás leal.

Es inevitable.

Madrid tiene la playa escondida en los bares de Malasaña y las paredes tatuadas de arte, de esfuerzos por comunicarse. 
Es una Mahou fresquita es una terraza de Lavapiés, un plan de tranqui que se te va de las manos y termina en San Ginés.
Madrid empieza con M de Manuela y tiene nombre de mujer, de todas de las que un día me enamoré descubriendo rincones; a Madrid le debo haber parido a mis grandes amores.

Madrid es Libertad (número ocho), un vermut y Marwan y Diego Ojeda.
Es la ciudad que recita a Elvira Sastre, escribe poesía en los baños de La Latina, se viste de Cayetano en Serrano y te canta en el Metro "Bruja con Pedigrí"

Madrid te espera en cualquier bar de Tribunal con una sonrisa y ya. Porque no hace falta nada más, el resto lo pone ella.
Es la niña de la Calle Pez, es Carabanchel, Vallecas, Chamberí.

En Madrid todo está al lado, aunque nunca sea verdad, pero a nadie le importa; así aprovechas y la descubres. Y si puedes subir a lo más alto, mejor. 

“De Madrid al cielo” no es solo una frase, es una actitud.

Madrid lo mismo te baila un chotis como te organiza un Europride.
Y si le buscas las cosquillas, ojo, porque Madrid se indigna y te acampa. 
Y te arropa,
te abraza,
te escucha
y se levanta por ti.
Porque tu también eres Madrid.
Esta ciudad te abre las puertas (la de Alcalá, la de Toledo) y Puri su mercería, que aquí hemos venido a disfrutar.
Pasen y vean.
Y quédense
como me quedé yo.

Tinerfeña de nacimiento 
madrileña de adopción.

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