Mi amor por ti llevaba el sello de calidad
del Instituto De Mi Corazón (IDMC)
y había pasado por numerosos controles de seguridad.
Por eso aquella tarde de otoño
y con la Garantía De No Me Dejes nunca aún vigente
no entendí que alegaras fallos de fabricación.
Todo ocurrió tan deprisa que aún puedo sentir
el jarro de agua fría que marcó la piel de mis sensores
y que aún a día de hoy
-y tras muchas cenas a base de arroz-
me deja fuera del mercado de segunda mano.
Quise olvidarte,
hacer borrón y cuenta nueva
sin el backup de tu presencia,
volver a la versión anterior de mi misma sin ti
pero esto solo me condujo a foros repletos de historias similares;
todas con tu nombre en el Asunto.
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