Cuando todo se rompe
y se fracturan los momentos;
cuando todo lo dicho fue sacado de contexto,
fijado en la memoria y despojado de sentido;
cuando el silencio ensordece
y las palabras nunca dichas se convierten en reproches;
cuando el despecho del destiempo no perdona
y no hay excusas que atenúen el dolor causado;
cuando no se puede hacer nada para deshacer lo hecho
y la impotencia se alía con la rabia;
cuando la incomprensión se viste de rencor
y no existe razón que calme al corazón;
cuando "te odio" no es más que un "te quiero" desesperado
y "jódete" un "quédate" disfrazado;
cuando ya no queda nada por hacer,
no sirve de nada decir y todo queda en manos del tiempo.
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