y no es que me haya quedado muda de adjetivos
que describan las miradas que me echas cuando sonrío
No, no es eso.
Mis manos siguen siendo perfectamente funcionales,
y aunque no tecleen nuestras historias conocen a la perfección
las teclas que funcionan contigo.
Tampoco es cuestión de prioridades
porque sabes que para mi el mundo va detrás de tus andares,
así que olvida los motivos que no estén a tu altura
y no busques la respuesta en otros cuerpos
porque yo solo tatúo historias en tu ombligo.
Le contaría a todos
todo el tiempo
lo que significa
estar contigo.
Pero entonces te miro y pienso
que escribiendo todo esto perdería el tiempo.
Y yo solo quiero perderme contigo.